La zona septentrional de la península de los Balcanes, caracterizada por alternancia de relieve tabular y llanura esteparia, fue la zona de mayor contacto con el resto de Europa oriental. Allí se establecieron las antiguas Tesalia, Macedonia, Etolia, Acarnania y Epiro. La zona central, comunicada dificultosamente con la anterior a través de angostos desfiladeros y de un terreno igualmente irregular de macizos y llanuras, vio prosperar a las antiguas regiones de Dórida, Fócida, Beocia y Ática. La zona meridional, abundante en macizos y fosas y comunicada con la anterior a través del istmo de Corinto, comprendió a su vez las regiones de Acaya, Arcadia, Argólida, Laconia y Mesenia.
Atenas cayó bajo una tiranía en la segunda mitad del siglo VI a. C. Cuando esta tiranía terminó, se propuso una reforma radical para que la aristocracia no recobrara el poder: los atenienses fundaron la primer democracia del mundo. Una asamblea de ciudadanos para la discusión de la política municipal o Ekklesia había existido desde las reformas de Dracón en el 621 a. C., y a todos los ciudadanos se les permitía que asistieran según las reformas de Solón; pero los ciudadanos más pobres no podían hablar ante la asamblea o postularse como candidatos, excepto en el caso de ciertos cargos públicos cuya elección era aleatoria. Al establecer la democracia, la asamblea se convirtió en el mecanismo de iure del gobierno; todos los ciudadanos entonces tuvieron igualdad de derechos (isopoliteia) en la asamblea. Sin embargo, los que no eran ciudadanos ―los metecos y los esclavos― no gozaban de ningún derecho político en absoluto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario